Ella, una preciosa mujer vestida con un traje largo rojo está en la terraza de un ático donde se celebra una fiesta, se apoya en la barandilla de la terraza, observando la ciudad desde las alturas con la mirada perdida en sus pensamientos….
Él, apuesto, joven, con cara casi angelical se le acerca por detrás, en silencio….
Él (Pensando) mientras la observa caminando hacía ella.
Se estremece con el viento como la última hoja de un árbol que se muere. Dejo que oiga mis pasos. Se queda rígida un instante.
Se para detrás de ella.
Él - ¿Quieres un cigarrillo?
Ella se da la vuelta.
Ella - Claro, gracias. ¿Te aburren tanto como a mi?
Él - No he venido a divertirme, he venido por ti. Llevo días observándote. Eres muy deseable. No es tu rostro, ni tu físico, ni tu voz....son tus ojos. Las cosas que veo en tus ojos.
Ella - ¿Y qué ves en mis ojos?
Él - Una serenidad salvaje. No quieres huir, afrontarás lo que tienes que afrontar, pero no quieres hacerlo sola.
Ella - No, no quiero hacerlo yo sola.
Él (Pensando) mientras la besa.
El viento se eleva electrizante, ella es dulce y cálida, casi etérea. Su perfume es una dulce promesa que hace aparecer lágrimas en mis ojos. Le digo que no se preocupe, que la salvaré de todo cuanto le asuste y que la llevaré muy lejos. Le digo que…..La quiero.
Le dispara.
Él (Pensando)
El silenciador hace del disparo un susurro y la abrazo fuerte hasta que se desvanece. Ya nunca sabré de qué huía.
Cobraré el cheque por la mañana
-Sin City-Frank Miller
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