lunes, 19 de agosto de 2013

Poema 10

De jugadores y fantasmas.

Los fantasmas
Que en cálidos cristales
Se deslumbraban
En el interior de nuestros ojos
Hastiados .Solitarios. Ausentes
Entre palabras inconclusas
Fuertes imaginarios y  fortuitos
Encuentros, desencuentros
Predispuestos…eternos
Habituales.
Me inquieta.
Me Encanta esa respiración…
Tuya,
Dueño del comienzo
Del deseo, de la mirada
De la pasión
Que deslizas en mis oídos
Con toda la avidez e ímpetu
Como las aves estivales
Levantan el vuelo hacia un sol cálido
Tu aliento que asecha
Como el suave hálito frió de la madrugada
De Mis noches distantes
De tu boca y tu voz
Una voz que acuna, precipita
Y me quebranta ,apreciada
Por el resguardo que celaba
Ya hace algunos años
Mis dedos deslizan centellas
En una oscuridad sofocante,
Agridulce, ansiada
Sus manos se entrelazan con las propias
Como cisnes orgullosos
E insensatos  condenados
Las palmas que encontradas se cobijan
Un acervo de penas
Un manantial de esperanzas
Una noria de contradicciones
Tu voluntad que crea y que mata
Acariciando mi alma
Usted la única persona que no quiero amar
Y la única que se presagia como
Guardián Infinito de tal sentimiento
Puede que la pérdida de conciencia
Denigre la voluntad de la más alta
Dignidad o de la mayor valentía
El tiempo y la feminidad
Se interponen en un camino de opereta
Trágico y mal logrado siempre inevitable
Cuna de provocación y suerte
Favoreciendo ya la desgracia suscrita
Incluso previamente agradecida
Si tomo tu mano,
Tu mano que entrelaza otros sueños
Otros labios, otros ojos
Muy Lejos, Más lejos decía la razón
Más cerca, mas cerca decía el amor
La sinceridad, la amabilidad
Como atributos de inocencia
Que se han profanado en
Los últimos años rotos
En los abrazos inconclusos
Las remembranzas de las incógnitas,
De la certeza ineludible, del anhelo
Aquella que escondida en sombras
De añoranza se llamaba…
El amor.
El amor se diluye
Cuando comienza
Recorre un largo o corto
Camino hacia lo inevitable
Hacia lo humano, lo natural
Desde el primer beso
Hasta el último de ellos
El cual no fijamos
Nos juramos de manera
Cínica la eternidad
Cuando nos damos cuenta
De que no conocemos
Aquel ultimo beso
O el aroma del dueño de aquel
Habremos amado poco
En nuestra humanidad
Y jactándose los espíritus
Morirán para siempre
Con absoluta humildad
Quizás la lluvia, las flores, el viento.
Sobre la tierra o en la lejanía del mar
Pongan fin al desconcierto a la seguridad
Al dolor, al amor.

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