Este es el gato que se ahoga en Santa Fe
Tardías las sonrisas que recibíamos a diario en el bar “Santa Fe “,
Tardías las sonrisas que recibíamos a diario en el bar “Santa Fe “,
Nocturnas las quejas agobiadas de los amores perdidos ,olvidados ,
Lejos ya estaban los anhelos de las putas ,de los tristes mal aventurados,
Ardían en sus sollozos y blasfemias se enjugaban y danzaban con el humo del tabaco,
Aquellos tragos inundados de melancolía .
En la barra del bar desde el punto conmovedor de la solidaridad
Miserables aquellos rostros detonaban angustia ,soledad ,miedo, rechazo.
Y aquellos tripulantes fantasmales
Cuya ubicación retrocedía según la hora ,lugar, estado de su humanidad ,
Tardaban varias gotas de sudor en entender aquel lugar,
Obscuro ,mohoso con la iluminación artificial que recordaba el mismo juicio del infierno ,
La sociedad que reprimía sus instintos ,sus obscenidades descargadas de agonía ,
Inundaban las noches de el mundo ,en el frio que los acogía y asfixiaba,
En la búsqueda desesperada del calor tan ansiado por sus manos ,
Su respiración contenida, las torpes miradas ,
Carentes de la expresión que desesperada el alma intentaba gritar ,
Si la soltáramos de alguna forma en 500 ecos seria escuchada a millas del lugar
Lejos de aquel bar sustituto de los hogares hipócritas ,
Ansiaban la despedida de la luna niñera de sus corazones,
Y es que en aquellas noches inseguras heladas ,
Yen su existencia verídica, cotidiana y surrealista .
Las personas se transformaban ,un manojo de tallos halados marchitos y rotos ,
Aquellos que al mejorar y asomar el sol campesino de tonalidades neutras, cálidas ambiguas ,
danzaban diáfanas sobre las barcas salvables y sanas,
A flote, entre el bullicio se escapaban con enjundia ,
Navegaban entre las olas del astro hacia un porvenir de tiempos indescifrables ,
Con esperanza rebosante, infinita, hacia el eterno camino de la reconfortante mentira ,
Aquellos desafortunados ,los miserables hijos de Eva ,
Tardíos, perdidos, somnolientos inundaban sus ganas en el licor analfabeta de los pensamientos
y la conciencia ,
Solo aquellos infortunios encontrados,
hallados cada noche sabían el termino de la llamarada,
Los navíos hundidos en la verdad.
Galilea Tapia L.
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